Preparación personal para hablar en publico.

Normalmente las personas ante una situación estresante hacemos una evaluación de la misma, valorando en primer lugar el grado de amenaza que ésta nos supone, lo que la situación nos demanda, y en segundo lugar, los recursos que tenemos para afrontarla. Si como resultado de esta evaluación las demandas ambientales son superiores a nuestros recursos, sentiremos estrés. Si la situación que nos causa el estrés, es la de hablar en público, se produciría el miedo escénico. Imagina una situación que puedas considerarla generadora de un alto nivel de estrés, una vez que has imaginado la situación, por ejemplo, tener que hacer un discurso o exposición en público, vamos a exponer algunas pautas para lograr que el orador disminuya su miedo a hablar en público, en tres momentos del proceso: antes, durante, y después de la exposición oral. Algunas de estas pautas pueden parecer obvias pero no por ello menos importantes, siendo imprescindible el llevarlas a cabo para obtener mejores resultados en nuestra exposición oral.

1. MEDIOS PARA LOGRAR QUE EL ORADOR DISMINUYA SU MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO ANTES DE LA EXPOSICIÓN.

 1. Preparar la ponencia o exposición:

a)  Tener suficientes conocimientos sobre el tema que se va a exponer.
 b) Preparar concienzudamente la exposición, teniendo en cuenta los principios de : claridad, concisión, sencillez, naturalidad y originalidad.
 c) Estar interesado en comunicar el tema al auditorio. Cuanto mayor sea el interés, menor será el miedo a hacerlo.
 d) Ensayar las veces que sea necesario hasta sentirnos seguros. La originalidad del estilo radica de modo casi exclusivo en la sinceridad.
 e) Preparar especialmente el inicio, un buen inicio favorece una buena continuación. Se recomienda comenzar con una anécdota, ser sorprendente sin ser disparatado, porque disminuirá la tensión del inicio, y generará una corriente automática de simpatía o bienestar entre orador y auditorio. Si el orador no se siente cómodo utilizando el sentido del humor tampoco debe forzarse a hacerlo. Ante todo debemos procurar sentirnos lo más cómodos posible.
 f) Anticipar posibles preguntas o intervenciones del auditorio y preparar respuestas pertinentes.




2.- Cuidarnos físicamente:

 Hacer ejercicio con regularidad, llevar una dieta sana y un estilo de vida saludable son estrategias de afrontamiento ante el estrés, que nos facilitarán el estar en el mejor estado físico posible el día de la exposición. Encontrarse descansado, haber dormido suficientes horas, comer y beber con moderación. No ingerir alcohol como una forma de tranquilizarse, ya que interfiere en los procesos cognitivos y en la expresión. De igual forma se desaconseja la cafeína y los estimulantes ya que intensificarán la activación del sistema nervioso autónomo pudiendo activar en exceso las reacciones corporales y el nerviosismo.




3.- Cuidarnos mentalmente:

 Estar en el mejor estado psicológico posible el día y en el momento de la charla. A continuación vamos a exponer una técnica para sustituir los pensamientos negativos por otros más adaptativos, denominada reestructuración cognitiva o reestructuración de los pensamientos. Esta técnica se basa en tomar conciencia de la importancia que tienen los pensamientos, y cómo interpretamos la realidad a la hora de determinar como nos sentimos: llevándola a cabo serás consciente de cómo tus pensamientos pueden potenciar y mantener el estrés.





Barrio del Campo, J., & Ruiz Cobo, R., & Borragán, A. (2006). EL ESTRÉS ANTE EL HECHO DE HABLAR EN PÚBLICO: GUÍA PRÁCTICA. International Journal of Developmental and Educational Psychology, (1), 417-428. 


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